MUSIC AROUND THE WORLD... John Williams

Artículo, cortesía de artelinkado.com
REFLEXIONES ACERCA DE LOS CONCURSOS, Por Jaime Soria Porto
Competir es parte de la naturaleza del ser humano, el hombre ha inventado desde siempre competencias para comparar sus habilidades con sus semejantes. En la música no es la excepción y desde hace ya varias décadas los concursos instrumentales han ido cobrando cada vez más importancia, y aunque en un concurso no se definen aquellos elementos más sublimes y elevados que buscamos al hacer música, no podemos negar que son útiles como medio de desarrollo en la formación de profesionales; en la guitarra, personalidades como David Russell, Denis Azabagic, Zoran Dukic, Ricardo Gallén o Marcyn Dylla, por mencionar algunos, se dieron a conocer en el plano internacional y han logrado una sólida reputación a raíz de la obtención de premios en diversos concursos.
Pero ¿Para qué sirve un concurso? Hay quien piensa que son un absurdo, que el participante sólo va a sufrir, que los resultados siempre son manipulados y prefieren abstenerse de participar en ellos. También hay quien cree que son el camino a seguir, que hay que participar en los más que se pueda y que ganar alguno te pone inmediatamente en un lugar preponderante o te convierte automáticamente en un gran guitarrista. Personalmente, creo que el mayor provecho a nivel personal que se obtiene de un concurso va más allá del reconocimiento público y de echarse a la bolsa una cantidad económica de premio o ganarse una guitarra, también creo que son una herramienta de mucha utilidad en el desarrollo musical de un país, pensemos a manera de ejemplo el movimiento guitarrístico en Cuba, donde constantemente surgen nuevas generaciones de intérpretes y que por medio de los concursos celebrados en ese país caribeño se han dado a conocer fuera de él.
Participar en un concurso implica exponer las propias virtudes y carencias frente a un público y un jurado, sometiéndonos a una presión a la que no estamos acostumbrados en nuestro estudio habitual. En México, los concursos de guitarra año con año han ganado cada vez más adeptos, sólo basta echar un vistazo a algunos de ellos para comprobar la creciente participación de las nuevas generaciones; Paracho, Taxco, Xalapa, Chihuahua, Culiacán, Morelia, Guanajuato, Monterrey, Chiapas y la Ciudad de México han sido sedes de diversos concursos. En los últimos años, estos eventos han revelado un gran avance y el impresionante empuje de los jóvenes e incluso niños guitarristas que demuestran que prácticamente en todo el país se estudia la guitarra de manera más o menos seria. A pesar del avance que aportan estos concursos, me parece sin embargo que existen carencias que impiden que en muchas ocasiones se les de un adecuado enfoque, se encuentran totalmente desarticulados entre sí y se da el caso de que un mismo concurso sus características cambian completamente de un año al siguiente.
Es común encontrar como resultado de un concurso a un montón de participantes inconformes, sólo a los ganadores de los tres primeros lugares contentos (en ocasiones solamente el primero), un jurado presionado y duramente cuestionado y un concurso que pierde credibilidad. ¿Por qué sucede esto con tanta frecuencia? Solemos decir y escuchar: "...así son los concursos...", ¿no será más bien que así los hacemos? o "...los concursos son diferentes a los conciertos..." ¿no deberían ser lo mismo? Creo que muchos de los problemas e inconformidades podrían evitarse con una adecuada planeación. Artículo Completo
MUSIC AROUND THE WORLD
Guitarra: John Williams
1. Theme and Variations on Japonese folk song
2. Fantasy - Divisions
3. Sonatina Meridional
4. Choro No. 1
5. Vals Criollo
6. Norteña
7. Five Pieces, Vicente Sojo
8. Danza Paraguaya
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Aporte, Bim Phan Anh Bao, Ho Chi Minh City - Vietnam

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