FOUR SUITES FOR LUTE... Eduardo Fernández


Eduardo Fernández (Biografía Guidáctica)

Johann Sebastian Bach nace en Eisenach en 1685 y muere en Leipzig en 1750. Compositor alemán procedente de una casta de música, cursó sus estudios generales en el Gimnasium de Eisenach y sus estudios musicales con su hermano Johann Christoph Bach. Trabajó inicialmente como violinista en la orquesta del duque Ernst de Weimar y después fue nombrado organista de Arnstadt. En 1708 se convirtió en músico de cámara y organista de la corte de Weimar, donde compuso sus primeras grandes obras para órgano. Posteriormente se trasladaría a Köthen donde se le permitió componer libremente, realizando así una amplia variedad de obras instrumentales como los Conciertos de Brandemburgo. Esto fue gracias a que se encontraba libre de los requerimiento del servicio religioso bajo el que había compuesto anteriormente.

Bach no se considera a sí mismo como un artista, sino como un fervil sirviente de Dios y aunque compuso para diversas combinaciones de instrumentos y formas musicales, su principal interés radicaba en aquellas de orden religioso. Considerado por músicos de la época como anticuado. Estableció y llevó las bases de la armonía y el contrapunto hasta puntos no alcanzados por sus contemporáneos. Sus tratados musicales como El clave bien temperado y El arte de la fuga contribuyeron grandemente a este logro personal. En 723 ocuparía el puesto en la iglesia de Santo Tomás de Leipzig, donde permanecería hasta su muerte. Fue aquí donde escribió sus SUITES PARA LAÚD. Johann Sebastian Bach no fue, evidentemente, un compositor de música para Guitarra, pero si lo fue, especial y genialmente, de música para Clavecín, cuya sonoridad y carácter están más próximos a la Guitarra que al piano. Las producciones de Bach no fueron concebidas para la Guitarra y las páginas suyas que hoy escuchamos en este instrumento no son otras cosa que transcripciones realizadas por músicos eminentes. Sin embargo, no podemos olvidar que Bach compuso música para Laúd, un instrumento de cercano parentesco a la Guitarra, que si bien en posibilidades es inferior a ésta, es adaptable a toda la literatura Guitarrística.

Según un valioso descubrimiento hecho por Tirabais en 1912, Bach compuso la Suite III para laúd dedicada a Schouster, que fue hallada en una biblioteca de Bruselas por el citado investigador italiano. Bach escribió también para laúd numerosas páginas, pequeñas por su extensión, pero grandes por su contenido, con las cuales ese instrumento adquirió preponderancia y categorías musicales. El valor que el maestro reconocía al laúd está demostrado con el hecho de que, no satisfaciéndole la poca duración del sonido en clave, mando a construir en 1740 un Luthenclavier de su invención.

Con la Chacona, Bach consiguió el milagro de convertir un instrumento que por naturaleza es prácticamente homófonico, el violín, en un instrumento casi polifónico. Esta excepcional circunstancia unida a la de estar escrita en re menor que es una de las tonalidades más favorables a la técnica Guitarrística, han conseguido buen resultado de la transcripción de la Chacona llevada a las cuerdas de la Guitarra, es básicamente la misma obra, salvo ciertas adiciones armónicas.

Otras muchas obras de Bach, sobre todo las de los grupos clave y para instrumentos diversos, son tan adaptables a la Guitarra que se diría que fueron compuestos pensando en ella. De esta opinión es el musicólogo francés Marc Pinchele, especializado en el estudio de las formas musicales y del violín, quien refiriéndose a la Chacona, añade que la transcripción hecha por el guitarrista y compositor español Andrés Segovia apenas puede ser considerada como tal, toda vez que la versión original para violín necesita cambio alguno de forma en su adaptación a la Guitarra. No será superfluo recordar que el siglo XVII fue precisamente un siglo trascendental para el arte guitarrístico, pues constituyo el período preclásico de su evolución. Otro aspecto digno de ser tomado en cuenta es que mucha sobras de Bach pueden ser transcritas para la Guitarra sin ninguna dificultad técnica, sin perder su seriedad y nobleza, del trascendental acento que es propio de su lenguaje sonoro. Podríamos añadir todavía que la música de Bach, transcrita para Guitarra, Conserva integra toda la espiritualidad y densidad que la caracteriza.

En la Guitarra, por la naturaleza, calidad y timbre de sus voces, por lo metálico de los sonidos y por la típica articulación staccato-legato de su discurso, encontramos – a pesar de la diferencia genealógica que existe entre ambos, más fidelidad clavecinista para interpretar a Bach que en el pianoforte. El piano es más sonoro, más brillante y más impetuoso que la Guitarra y el Clave, por un lado, satisface de un modo total nuestra actual apetencia de amplias resonancias por otro, traiciona y falsea el espíritu un tanto ascético del pensamiento de Bach, su decir enjuto y su dialéctica terminante, que en la Guitarra encuentran un fiel traductor. Debussy resumió esta idea en una frase: “La Guitarra es un clavecín expresivo”.
FOUR SUITES FOR LUTE... Johann Sebastian Bach
Intérprete: Eduardo Fernández
1. Suite No. 1 BWV 996
2. Suite No. 2 BWV 997
3. Suite No. 3 BWV 995
4. Suite No. 4 BWV 1006a
DESCARGAR
Aporte de Belen Wang - Buenos Aires, Argentina

2 comentarios:

Nacho dijo...

hola queria saber cual es la clave del archivo rar???? gracias

GUIDÁCTICA dijo...

En nuestra sección de miembros, puedes conocer nuestras políticas de descarga.

GUIDÁCTICA